Señor, en este nuevo amanecer quiero darte gracias por una nueva oportunidad para vivir.
Necesito de todo corazón que me enseñes a buscar la verdadera manera de decidir, que la vida está llena de aciertos, sé que habrá errores, pero con tu fuerza sabré reponerme de cada caída y me levantaré con más ganas, con más entusiasmo para hacer las cosas de la mejor manera.
Siempre estaré tranquilo porque tu compañía me alimenta de positivismo.
Permíteme estar siempre en tu presencia, te pido que extiendas tu mano poderosa sobre todos los que necesitan de ti, sé que nunca me abandonas, eres el dueño del cielo, del mar, de las estrellas, de mi vida.
Señor, que las maravillas de tu gloria siempre abunden en mi corazón. Con tu presencia no hay tristezas, siempre me guías y me alumbras el camino.
Confío en tu palabra, esa palabra de vida que me da fuerzas para continuar.
Bendito y alabado seas por siempre, porque eres fiel y permaneces junto a mí aún en medio de mis errores. No hay nada mejor que iniciar el día contigo, con tu presencia santa.
Te doy gracias porque en tus brazos siempre seré ese niño protegido al que no le falta nada.
Bendito y alabado seas por siempre, porque eres bueno y porque no abandonas la obra de tus manos.
Amén.
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