Señor tu eres mi roca, tu eres la providencia, un día me diste la vida, y me tocó una digna morada, hallé el tibio refugio de una madre enamorada.

Su corazón me acunaba, su respiración me animaba, la sangre me entretejida mientras seguro soñaba.

Escuchaba la hermosa voz de ella y sentía que me acariciaba, aún no la podía tocar, aún no conocía su rostro, pero todo lo que ella era mi corazón intrigaba.

Mi vida pendía de un hilo donde su amor traspasaba, todo proviene de ti amado Señor, tu todo lo haces perfecto y bello explícame cómo imaginaste la vida dentro del velo materno.

Bendice a mi madre Señor y la madre de mis hijos y de todos los hijos, por algo han traído en su vientre la vida, si mi madre no me hubiese deseado cómo te alabaría este día, mis ojos acaso verían, mis manos qué tocarían, cómo sería escuchar.

Qué sería sentir, dónde comulgaría mi alma y la vida, si tu diseñas perfecto es que mi alma este cuerpo necesitaría antes de fundirme en tu encuentro que a todos llega algún día.

Gracias por pensar en un refugio, tan perfecto, sublime y lleno de amor para que mi vida encarnara primero conociendo el amor para que pudieran decir primero fue amado y amó entonces en el mundo nació.

Haz que el mundo comprenda que la vida proviene de ti, que hay tal belleza en el agua y las fuentes que nacen allí.

Que ahora este mundo pretende hacer de su propiedad los latidos que nunca se han hecho en ningún otro lugar.

Cómo es que has creado un espacio, tan digno, tan puro, para poder moldear la vida y a todos tus hijos crear, tú que eres realmente sabio Señor, da al hombre así sea un recuerdo del primer día en el que lo entretejieron a ver si para respetar la vida todos se ponen de acuerdo.

Bendito y alabado seas Señor por cada unas de tus criaturas.

Ayúdanos y que nuestra madre del cielo, nuestra virgen maría, nos ayude a sanar en nuestros corazones todo aquello que hoy impida la vida.

Amén