Padre tú conoces cada una de mis debilidades. Sabes que no me alcanzan las fuerzas para dominar mi carácter.
Ayúdame, dame tu guía para ser mejor cada día y parecerme más a Jesús.
El es mi ejemplo, él dijo “Aprended de mí que soy manso y humilde y hallareis descanso para vuestras almas”
Mi temperamento me ha traído dificultades, pero a partir de hoy seré más como tú y tendré paz y descanso en mi alma, en mi familia, con mis seres queridos y en todas mis cosas.
No puedo controlar las circunstancias, pero puedo controlar con tu ayuda mi carácter.
Declaro que comienzo este día, con una actitud positiva hacia la vida, y los demás.
Que sea instrumento de bendición y paz
No saldrán ya de mis labios palabras que causen dolor, mis palabras traerán paz, curarán heridas y producirán restauración y consuelo.
Lo creo, pido y declaró en el poderoso nombre de Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
0 $type={blogger}