Oh venerable San Juan Bosco, discípulo tenaz de la devoción a María Auxiliadora y tan querido por ella, que sin tener que esperar durante largo tiempo lograbas obtener de su caridad todo lo que le solicitabas; tú, que resultabas ser tan compasivo de las humanas desgracias, que cuando habitabas en la tierra no existía ninguna persona que se dirigiera a ti sin que fuera paternalmente atendido, te ruego que escuches las suplicas que hoy te hago humildemente.
Querido y amado San Juan Bosco, sé y tengo toda la fe de que me ayudarás; este favor es urgente, necesito tu total auxilio porque, si no, no sé qué haré. Por favor, no dudes de mí y ofréceme esa ayuda que te pido, sé que Dios te ha dicho que me ayudes y tú serás bondadoso; confío mucho en ti, esto es realmente una urgencia.
Ahora que te encuentras en los Cielos en donde la misericordia se perfecciona, obsérvanos con piedad y compasión, ya que tan desesperados nos encontramos de tu auxilio, permite que caiga sobre mí, y sobre mi familia las maternales bendiciones de María Auxiliadora.
Te suplicamos que nos escuches y nos bendigas con todos estos favores, espirituales y temporales, que más estamos necesitando, especialmente este que ahora nos mantiene con gran preocupación: (hacer la petición).
Don Bosco santo, confió en tu intercesión ante María y nuestro Dios prontamente y me encuentro seguro de que obtendré, más temprano que tarde, su pronto auxilio ante este gran favor que me encuentro solicitando.
Hoy me dirijo nuevamente a tu grandiosa bondad para solicitar que nos acojas tiernamente y nos otorgues tu dulce amparo.
Créeme que tu amparo es lo que más necesito y necesitamos, porque no hay nada que pueda mantenernos más seguro que eso; sabes que en ti confío y que espero que estés escuchando mi plegaria.
Amén.
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