Señor, gracias por todo lo bueno que realizas en mi vida, porque tus palabras de aliento resuenan en mi corazón y me hacen caminar tranquilo.
Nada temo si tu vas conmigo, siento que todo lo puedo lograr, porque Tú eres santo, eres fuerte y majestuoso.
Gracias porque no me abandonas, sabes que a veces me desanimo, pero me levanto con tu mano poderosa y sigo caminando con valentía.
Te pido que en este momento de intimidad de la noche me ayudes a descansar, no sólo el cuerpo sino también el corazón.
Que pueda sanar las heridas que hay en mi interior y que sea libre de todo aquello que me quiera robar la Paz y la felicidad.
Dame la posibilidad de ver con tus ojos, porque así puedo entender que a pesar de las situaciones difíciles tú estás enseñándome a ser feliz, llenándome de tus bendiciones, para que pueda entender que a pesar de las circunstancias adversas estás presente para tomarme entre tus brazos y protegerme.
Quiero tener fe para encontrarte, para hallarte en mi vida y no dejarme enceguecer por la negatividad que se produce cuando las cosas no salen como las he planeado.
Regálame un corazón dispuesto a descubrirte, unos ojos despiertos, unos oídos atentos, una mente y un corazón capaces de descubrir tu paso por la historia.
Tú que eres la luz que nace de lo alto, ilumíname, que no me deje vencer por los problemas, y que pueda dejar todo en tus manos para descansar en total tranquilidad.
Amén
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