Señor, llego en este momento del día creyendo en tu fuerza, esa que me ha acompañado en cada momento del día. 

Quiero ir a descansar con la plena certeza de que eres mi guardián y vigilas mi sueño, por eso no tengo temor en mi corazón. 

Hoy estoy dispuesto a dejar todo lo que llevo conmigo, y a pasar a reconocer los aspectos positivos de cada una de las personas que amo y, más difícil aún, a todas aquellas personas que me han hecho daño.

Te pido, Señor, que cuando los miedos me invadan yo no deje de creer en tu poder, los miedos me hacen ver la realidad de una manera inadecuada, porque la distorsiona y me hacen ver la dificultades mucho más grandes de lo que en realidad son. 

Ayúdame a ver siempre la realidad tal y como es, sin crearme fantasmas que me encierren en mis miedos y así poder avanzar en la vida.

Dame la seguridad de tu protección para seguir luchando. 

Hazme un servidor en medio de mi familia, que todos los que estén cerca de mí puedan contar con mi ayuda en cada momento que lo necesiten.

Bendice mi vida hoy, para ser instrumento de tu gracia y así pueda bendecir a todos lo que están cerca de mí. 

Cada vez que escucho tus palabras mi corazón se llena de fortaleza, porque ellas renuevan mi existencia y me lleva por caminos seguros. 

No quiero perderme de la oportunidad de estar a tu lado, haz que en esta noche mi búsqueda quede satisfecha cuando sienta tu presencia en mi vida, esa que me fortalece cuando siento que ya no tengo fuerzas para continuar el camino. 

Amén