Aquí estoy delante de ti, luego de batallar a lo largo de este día y de darme cuenta de que eres un ser grandioso que está a mi favor y que me bendice en todas las acciones que tengo que vivir. 

Necesito recibir la paz que sólo tú me puedes dar por medio del espíritu santo, porque sé que en esta noche no podré resolver nada y que tú, mientras duermo, me darás claridad para resolver cualquier situación que deba tener en el día de mañana.

Te agradezco la certeza que me has dado en el corazón de que pase lo que pase saldré adelante y podré disfrutar de tu maravilloso amor.

Gracias porque a pesar de mis fallas y errores estás cada día bendiciendo mi vida y mi hogar. 

Quiero entregarte mi corazón para que tú lo transformes y hagas de él un corazón que no tenga heridas, resentimientos, ni odios. 

Tú sabes cómo estoy, qué siento y lo que estoy viviendo, te pido un corazón nuevo, capaz de amar y de perdonar.

Tú que me conoces tanto, no permitas que nada me perturbe, ni nada me quite la Paz que Tú me das día a día. 

Te entrego todas las palpitaciones de mi corazón, para que recibas por cada una de ellas, un estallido de alabanza de mi ser.

Gracias porque mañana estarás iluminandome como el sol para que mis pies no tropiecen con ninguna oscuridad. 

Que al levantarme tenga la alegría que ahora tengo al dormir para hacer bien todas las cosas. 

Amén