Señor mío, otra vez estoy frente a ti para darte gracias por este nuevo amanecer, por todo lo que me permites vivir.
Hoy quiero glorificar tu santo nombre porque no te has guardado nada para mí, has salido de ti mismo, has entregado a tu hijo al mundo para que viniera a enseñarnos cómo debemos amarte a ti y amarnos los unos a los otros.
Tengo la plena certeza que ese amor es el que me sostiene, por eso quiero decirte que eres la fuerza que me sostiene y me da vida.
Gracias por animarme, te pido que me des paz en el corazón, apertura en la mente y fuerza en las manos.
Gracias porque no me dejas solo y siempre estás llenándome de tu amor.
Gracias porque sé que en este momento me estás escuchando y que actúas en mí favor, sé que ya has comenzado a sanarme y a prepararme para seguir adelante en mi vida.
Ven a seguir viviendo en mí, ven a seguir alimentando mi vida con tus palabras, porque ellas son mi alimento diario, tus palabras me renuevan por dentro para salir a dar la batalla con nuevas fuerzas.
Gracias por abrir caminos para mí y por acompañarme para actuar con inteligencia y sabiduría.
Gracias porque sé que me sostienes, he visto cómo obras maravillas en mi vida y me das fuerzas para luchar con ánimo decido.
Tú eres la roca firme, en ti sostengo mi vida y por eso camino con paz en el corazón, porque eres el guardián de mi vida, el que me defiende en todo momento.
Amén
%201.52.08%20p.%20m..png)
0 $type={blogger}