Señor, gracias por la vida, por la salud, por regalarme este nuevo día para iniciarlo bajo la presencia de tu Espíritu Santo.
Me entrego totalmente a ti para que guíes cada uno de mis pasos, permíteme vivir bajo tu voluntad, aparta de mí el orgullo, regálame sencillez para no pasar por encima de los sentimientos de los demás.
Lléname de justicia para no discriminar a nadie porque somos obra creada de tu amor.
Dios mío, grande eres, digno de alabanza es tu nombre, porque eres bueno y misericordioso con todos, nada se escapa de tu voluntad.
Tú eres poderoso y eterno, confío plenamente que sin ti nada soy, por eso clamo al inicio de este día y deseo estar en tus manos.
Eres grande y poderoso sales en mi defensa para protegerme de todo peligro.
Dios bondadoso, siempre te haces cercano a mí y te dejas encontrar por mi mirada, para que yo pueda seguir tus pasos.
Gracias porque no tengo miedo de salir a luchar frente a los problemas, tu palabra me da fortaleza para ser un vencedor aunque las dificultades parezcan grandes e invencibles.
Dame una fe firme para permanecer unido a ti, porque quiero estar a tu lado en este día, con la plena certeza de que contigo todo lo puedo lograr.
Lléname de humildad, de alegría y de serenidad, para no dejarme vencer por las pruebas; revísteme de tu armadura a través de tu Palabra para aniquilar toda flaqueza.
Señor, dame una fe madura que busque siempre tu presencia, sin quedarme en superficialidades que me desvían de ti.
Amén

0 $type={blogger}