Virgen Santísima de Altagracia, de todo corazón te agradecemos las continuas bendiciones que sobre nosotros derramas.
De tus manos y de tu corazón maternal recibimos cada día el sustento que nos da nuestro Padre del cielo.
Tu eres nuestra defensora en los peligros, nuestro socorro en las necesidades y nuestra esperanza en los sacrificios de nuestra vida cristiana.
Por tu Corazón Inmaculado, que queremos tributar a Dios un himno de acción de gracias por tantos beneficios dispensados.
Te prometemos, oh madre, gratitud y fidelidad.
Tu reinarás siempre en nuestros hogares y en nuestro pueblo, donde todos te veneramos como a Señora y Madre, haciendo florecer todas tus virtudes.
Haznos dignos de llamarnos tus hijos, a fin de que sirviendo a Dios y a ti en este mundo, alcancemos la más alta gracia que nos traes: una muerte cristiana que nos abra las puertas del cielo.
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