Por cada día que tú, Dios mío, me das, cuando puedo ver cómo me amas, por cada luz que ilumina mi camino.
Por cada rayo de sol en el mundo oscuro, para cualquier consuelo cuando tengo miedo, Señor, acepta las alabanzas de mi corazón.
Si a menudo me preocupo por el futuro, ya tienes una esperanza reservada para mí, y si un grano de miseria me oprime hoy, tal vez mañana desaparezca.
Donde quiera que vaya, tu brazo está sobre mí, no me dejes solo, ¡cómo te lo agradezco
Por cada canción que me canta un pájaro, por cada necesidad que me acerca a ti.
Por cada felicidad, cada gota de felicidad, por cada momento de paz.
Por cada nube que pasa por todo, un canto silencioso de agradecimiento
Amén
%209.09.09%20a.%20m..png)
0 $type={blogger}