Te alabo porque has sido bueno conmigo, te revelas con ternura y misericordia, protegiéndome de todo peligro y guardando en tus brazos a las personas que amo.
Señor, derrama tu Espíritu Santo sobre mí para renovar mis fuerzas, para tener la valentía de seguir luchando.
Bendito Dios, porque tu voluntad siempre es recta y alegra el corazón.
Gracias porque sé que en este momento estás llenando de fuerzas mi alma para seguir en la lucha, porque no permites que resbale mi pie, sino que me mantienes estable en el camino de la vida, de la Paz y del amor.
Regálame sabiduría para saber discernir cuáles son las acciones que necesito emprender, para no desistir de todo lo que me propongo, y perseverancia para continuar con dedicación.
No quiero que nada me desvíe de ti, eres mi alegría, mi gozo, tú me proteges y me das aliento para seguir adelante.
Te suplico que los obstáculos de este día no impidan que pueda sentir el gozo de tu compañía, te pido que me bendigas y me llenes de ti.
Amén
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