Señor Dios, gracias por vigilar cada paso que doy, porque sé que jamás me abandonas y en los tiempos difíciles te encargas de bendecirme con tu sagrada mano poderosa.
Sé que a través de tu ejército celestial te encargas de cuidarme de las injusticias y las desgracias.
Tú creaste el cielo en el segundo día y hoy me iluminarás para que la oscuridad y las tinieblas no consuman mi vida.
Me llenarás de fortuna, éxito y prosperidad para que nada me falte en este nueva oportunidad que me otorgas.
Deseo que en este día me libres de todo mal.
Amén.

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