Señor, estamos hoy como nuestros antepasados han estado ante ti en tiempos pasados, celebrando nuestra historia y deleitándonos con todas las grandes cosas que nuestro país ha logrado.
En este día nos regocijamos por el favor que nos has dado con gracia, te damos gracias por las bendiciones de la libertad, para esta generación y para las generaciones venideras.
Te damos gracias por nuestra independencia, paz y por todos aquellos que valientemente han dado su vida en defensa de la libertad y la justicia, te damos gracias porque tu mano compasiva y providente nos ha dado tanto.
Sin embargo, como nación y pueblo, no siempre hemos elegido el camino correcto, te pedimos que nos perdones por estos tiempos.
En este día nos comprometemos a honrarte y servirte de todo corazón.
Con todo lo que somos, ponemos nuestras vidas ante ti, haz de nosotros un pueblo generoso, una nación santa, un pueblo apartado para amarte por siempre, por el bien de la tierra de los valientes y libres, y de los pueblos y naciones de este mundo.
Hoy, no presumimos tu gracia para nuestro país, nuestra tierra te necesita, nuestra gente te necesita, Nuestra industria y nuestro negocio lo necesitan.
Que podamos mirar solo a ti en este Día de la Independencia, dependiendo de ti. Por favor, ven ahora por tu glorioso Espíritu Santo, insufla nueva vida a los tendones de esta nación.
Que el derecho corra como ríos, y la justicia como arroyo inagotable, hasta que toda nuestra tierra sea cubierta de tu gloria, como las aguas cubren el mar.
Te pedimos todo esto en el maravilloso nombre de Jesús, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo.
Un solo Dios, ahora y por toda la eternidad.
Amén.

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