Oh Señor, tú eres para mí un Dios de liberaciones! Por favor, sáqueme de esta prisión de discapacidad y lléveme a una vida de salud próspera y plena movilidad.
Te doy gracias, oh Dios, porque provees en tu bondad a los débiles y a los débiles.
Te pido que bendigas con una abundante lluvia de sanación.
Nunca me has fallado y confío en tu amor y tu gracia.
Yo soy tuyo y tú eres mío.
Amén.

0 $type={blogger}