Oh dulcísimo niño jesús que dijiste a la venerable margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia, y nada te será negado”.
Llenos de confianza en ti,oh Jesús, que eres la misma verdad, venimos a exponerte toda nuestra miseria.
Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada.
Concédenos, por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, la gracia, de la cual necesitamos tanto.
Nos entregamos a ti ¡oh niño omnipotente, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de tu divina promesa, acogerás y despacharás favorablemente nuestra súplica.
Amén.

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