Señor mío y Dios mío, me alegra sentirme amado cuando llegó delante de ti, y no sentirme juzgado por el fracaso o por mis errores.
Gracias por recibirme y aceptarme tal como soy, por eso quiero contarte mis fallas, sí, he dejado de amar, he reaccionado mal, he tenido momentos de ira, de rabia, he pasado de largo ante algunos que han pedido mi ayuda, soy humano, mi Dios, soy débil, he cedido ante las tentaciones, pero no quiero darme rejo, solo reconozco mis errores, con humildad me arrodillo ante ti y te pido que tengas piedad, me perdones, me limpies, me sanes, me animes con tu Espíritu para renovar mi vida, para que pueda ser mejor en todo momento, crecer en cada una de las áreas de mi existencia.
Abro mi corazón en este momento para que hagas tu obra en él.
Me entrego por completo a tu acción poderosa que cambia y renueva.
Amén.

0 $type={blogger}