Que sepa que no necesito de nada distinto, que no hay ningún ídolo que pueda ofrecerme lo que tú ya me has dado.
Aquí estoy, tú conoces mis necesidades y lo mejor para mí, pido que cada día me enamores más de ti, háblale a mi corazón, instrúyeme en tus mandatos, quiero escucharte, saber qué quieres para mí, cuál es el camino que debo elegir.
Ayúdame a erradicar de mi corazón todo mal sentimiento que me impida vivir en la auténtica libertad de los hijos de Dios, libera mis manos de las ataduras que me impiden practicar la justicia, libera mis pies de las ataduras que me impiden seguirte sin egoísmos.
Echa fuera de mi vida todo aquello que es contrario a tu voluntad, que todo lo que no me conviene, que todo lo que no me construye, salga de mi vida, que no tenga espacio en mi corazón.
Te pido que tenga un corazón fuerte, capaz de mantenerse en pie de lucha, atento, dispuesto a dar la batalla. Unge mi corazón, toma mi ser, lléname de ti.
En todo sea tu voluntad, en todo sea un creyente según tu amor, según lo que esperas de mí, para que el mundo sepa que eres el Señor de todo cuanto existe.
Quiero ser humilde, estar calmado y tranquilo, sin afanes ni preocupaciones, con la certeza de que Tú controlas mi vida.
Amén

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